29 de mayo de 2011

Mi primer contacto con los niños

La verdad que es imposible recordar cuando fue mi primer contacto con los niños, pues siempre me han encantado y he pasado mucho tiempo con ellos. Hace unos años colaboraba preparando actividades para los más pequeños de mi pueblo, Florida de Liébana (Salamanca), y es cierto que estos dos últimos años en verano hemos organizado una serie de gincanas para todos los niños que se quieran animar a pasar un buen rato. Si, mi primer contacto con niños al parecer empezó hace muchos años, pero para mí comenzó hace tan solo 3 años, con el nacimiento de tres personas muy importantes en mi vida.

Ángela
Ángela nació el 11 de abril del 2008. Cuando ella tenía apenas unas horas de vida, ahí estaba yo observándola, analizando cada gesto, mirando esos pies, esas manos, esos dedos, ese cuerpo tan diminuto. Era tan pequeña y tan grande a la vez. Un cuerpo tan minúsculo fue capaz de desplazar a montones de personas hacia la habitación de ese hospital donde ella nació, y por si fuera poco, fue la razón  de todas las sonrisas pronunciadas en aquella pequeña sala. Siempre ha sido una niña muy espabilada y muy risueña, por lo que ahora es lo que denominamos un bicho. Es una niña muy alegre y la encanta jugar, se entretiene con cualquier cosa y es una niña muy lista. Siempre jugamos juntas a todo e intento enseñarla cosas nuevas.

Sara
Sara nació el 28 de mayo del 2008. También la conocí con unas horas de vida. Me pareció igual que Ángela, imagino que por el tamaño tan minúsculo que tenían estos dos pequeños seres, o igual por que son primas. He compartido muchos momentos con ella y como no, haciendo tres veces el mismo puzzle. Es una niña muy alegre, con una mirada muy expresiva. Transmite mucha tranquilidad, ya que es una niña muy tranquila. Va a tener un hermano que se va a llamar Pablo, y por lo "enmadrada" que está, van a ser unos años un poco difíciles para ella.


Helena
Helena nació el 5 de julio del 2008. La conocí con algunos días. Me sorprendieron los ojos azules tan grandes y su pelo rubio. Mucha gente dice confundirla con una modelo. Es una niña muy alegre y a pesar de que la veo poco, pues vive en Segovia, los momentos que pasamos juntos son muy intensos y muy divertidos.

La convivencia con estas niñas me ayudaron a decantarme por el grado de magisterio, acercándome a la idea de mi pasión por los niños. Es cierto que no son los niños con los que, en unos cuantos años yo trabajaré, pues ellos serán más mayores. Esto es lo que a veces me hace dudar si estoy en el lugar correcto o debería estar en las clases de enfrente, donde están cursando el grado de infantil.

Sea cual sea mi destino, disfrutaré con los niños, y les enseñaré todo igual que se lo estoy enseñando a mis tres primas pequeñas, con el mismo cariño, la misma ilusión, las mismas ganas de que aprendan, de ayudarles, de divertirles,… con el fin de que el día de mañana me recuerden no solamente como una prima más o como una maestra más.

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